El primer buque de vapor de la armada española: el vapor de ruedas Isabel II
En la Inglaterra de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, la elaboración de pequeñas maquetas recortables de cartón se convirtió casi en el pasatiempo nacional. Los Micromodels, que así se llamaban estos recortables, fueron un concepto de éxito, en el que se miniaturizaban los recortables de manera que tuvieran el tamaño de una tarjeta postal, en los que se aunaban un bonito dibujo, una acertada elección de temas y un bajo precio. Todo esto, unido a que las herramientas necesarias para montarlos eran pocas y baratas, les permitió acuñar un eslogan que aún goza de predicamento entre los locos que nos dedicamos de una manera u otra a las pequeñas construcciones de papel: “todo un taller en una caja de puros” (Your workshop all in a cigar box!).
El primer conjunto de recortables que la nueva empresa publicó, en 1941, se denominó “The Romance of Sail”, y en él se incluían, en postales de 9 x 13 cm, 6 barcos que recorrían la historia de la navegación a vela: una nave romana, el famoso Mayflower, la nao Santa María, un falucho pirata, el Ark Royal de Walter Raleigh y la invencible, y el Royal William.
A este último buque, el Royal William, dedicamos esta entrada.
Existe muy poca iconografía contemporánea del Royal William, de manera que puedan definirse los detalles del buque (incluso, aunque en casi todas las imágenes el buque se muestra arbolado con tres palos, en alguna obra aparece tan solo con dos mástiles). No obstante, tenemos dos imágenes importantes: una acuarela de 1831, firmada por James Pattison Cockburn que muestra el momento de su botadura en Cape Blanc, Quebec; la otra, un óleo de autor desconocido que lo muestra navegando, fechable en torno a 1834 puesto que todavía navega bajo bandera británica. En estos momentos pertenecía a la empresa de Cunard. En 1835, fue vendido a la armada Española para convertirse en el vapor de ruedas Isabel II, el primer buque de vapor que tuvo la Armada.
De una época posterior (anterior desde luego a 1863 en que muere el autor) es otro óleo, esta vez de Antonio de Burgada y conservado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que lo muestra capeando un temporal. También esta obra lo muestra con tres mástiles, utilizando aparejo de goleta de velacho (velas cuadras en el triquete por encima de la cangreja y cangrejas en mayor y mesana). El mesana es bastante más bajo que el trinquete, por lo que, en puridad, no podría decirse que se trate de una goleta, aunque sea de goleta su velamen. En las dos imágenes “históricas” (la de 1834 y la anterior a 1863, que podría ser bastante anterior) la chimenea aparece en una posición retrasada con respecto a las palas. La acuarela de 1831 no muestra la chimenea, puesto que la máquina se le instaló con posterioridad, en Montreal.
Existe otro óleo, conservado en el Museo Naval, también de Antonio de Burgada, que lo muestra, no obstante, con dos palos (por lo que cabe duda de si el autor llegó a conocer o no realmente el barco). Todos ellos muestran la misma posición de la chimenea, ligeramente hacia popa desde la línea de las ruedas de palas.
El buque aúna en sí mismo dos hitos: por una parte, es uno de los primeros vapores que cruzaron el Atlántico utilizando esta propulsión (en Canadá lo reclaman como el primero, aunque existen datos de al menos otros dos buques que cruzaron el Atlántico a vapor o a vapor y vela antes); por otra, fue el primer buque con propulsión a vapor que empleó la armada española. Esto ha generado incluso un cierto interés filatélico, que se ha traducido en la emisión de un sello canadiense (5 cents) conmemorando el centenario de la primera travesía del Atlántico a vapor (1933), y por otra en la emisión de un sello de correos español (2 pesetas) en una serie denominada Homenaje a la Marina española (1964). Curiosamente, el sello que mejor muestra la iconografía del buque, en función de las imágenes históricas disponibles, se emitió en un país que ni siquiera tiene salida al mar: la República Centroafricana, que emitió en 1984 una serie dedicada a buques históricos.
El Isabel II, o Royal William, de Micromodels, es muy diferente de todas las imágenes que tenemos del buque. Por una parte, el recortable tiene un elevado castillo de popa. Por otra, la posición de la chimenea es la contraria a la que probablemente tuvo el buque: adelantada con respecto a las ruedas de palas mientras en todas las imágenes que se conservan, la chimenea está en una posición más retrasada, de las palas hacia la popa. Por ello, y por mostrar un aspecto más parecido al que tendría un buque de la Armada Española, he montado la maqueta de otra manera, cambiando la posición de la chimenea, bajando la altura de la superestructura central, eliminando el catillo de popa, montando los mástiles con diferente altura y aparejo, y también cambiando el aspecto de la obra muerta: negro con una franja blanca.
Os dejo la lámina modificada (en este caso, tan sólo un repinte sobre la lámina original) y algunas fotos de la maqueta, por si os apetece montar este buque histórico.
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