De nuevo las máquinas de guerra marcianas
Hace ya un año escribí una entrada sobre el recortable que había elaborado a partir de los dibujos con los que Alvim Corrêa ilustró la edición de 1906 de la famosa obra de H.G. Wells, "La Guerra de los Mundos". En esta ocasión, la entrada se centra en otra versión de las máquinas de guerra marcianas, las ideadas por Byron Haskin (director) y diseñadas por Albert Nozaki (director artístico) para la película "The War of the Worlds", de 1953.
La película, que ya mencionamos en el post anterior, fue la primera adaptación a la gran pantalla del libro de Wells, consiguiendo en su momento un gran éxito tanto de público como de crítica que se tradujo en un premio Oscar por sus espectaculares efectos especiales. Esta adaptación de la obra de Wells fué en general bastante libre, desde el punto en que se desarrolla en los Estados Unidos de los años cincuenta del siglo XX y no en la Inglaterra de finales del siglo XIX, hasta la desaparición de algunos elementos clave en la obra de Wells, como el humo negro o la hierba roja, y por supuesto es totalmente diferente el tratamiento que se hace de las máquinas de guerra marcianas, que en este caso son una especie de platillos volantes con un apéndice en forma de cobra con el que se dispara el rayo calórico que, eso sí, mantiene sus efectos sobre los humanos y las cosas...
El recortable en cuestión, notablemente inspirado por la película de 1953, se publicó por la Editorial Roma de Barcelona en un momento impreciso de los años sesenta del siglo XX. Dibujado por "Beaumont", pseudónimo de Angel Julio Gómez de Segura, se trata de "Cinco platillos volantes con periscopio superior" según su ficha catalográfica en el Museo del Traje, que pertenece a la colección "Gestas heroicas", concretamente a la serie "Luchas Interplanetarias" en las que los alienígenas se enfrentaban a los humanos en un futuro hipotético.
El que nos ocupa hoy delinea cinco naves alienígenas muy parecidas (diríase que copiadas, si no inspiradas...) a las máquinas de guerra marcianas de la versión cinematográfica de 1953.
El montaje "standard" de una de estas máquinas le da un cierto relieve pero deja en blanco el interior de la misma, perdiéndose de alguna manera la gracia, ya que la visión debe ser exclusivamente frontal para no apreciar la falta de relieve del engendro marciano...
Lo que aquí propongo es un mal montaje del recortable original, que sin embargo me parece que mejora el acabado final: en efecto, si se montan los "platillos volantes" de dos en dos, uniéndose el apéndice en forma de cobra (como si fuera una figura "de cara y espalda"), queda una máquina marciana bastante más resultona, y que puede ya incluirse sin problemas en dioramas más elaborados, que permitan la visión tridimensional, utilizando para ello algunos recortables de edificios como atrezzo. Unas fotos de las máquinas de guerra marcianas en su versión doble, acercándose a sus objetivos en la oscuridad de la noche:
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